Sígueme en twitter

domingo, 22 de mayo de 2016

¡ATENCIÓN AQUÍ! ¿Sabes cuándo fue que el diablo empezó a tener cuernos?

Si una persona te pidiera que te imaginaras al diablo, es muy probable la imagen que te vendría a la mente sería la de un demonio horrible con un tridente en la mano. Pero sin embargo, durante muchos años, el diablo cristiano no aparecía en el arte religioso.

La primera vez que hizo su aparición, era azul y no tenía  cuernos ni pezuñas. La  imagen que tenemos de él surgió por generaciones de artistas y escritores que tomaron lo que dice la Biblia sobre Satanás y lo han ido reinventando a lo largo del tiempo.

En la Biblia judía, el diablo es otro agente más de Dios haciendo su labor. Ese personaje más tarde fue desarrollado por los cristianos hasta tornarlo en la representación de la maldad suprema.

En el libro de Génesis no hay ninguna mención del diablo o Satanás. Fue  más tarde que los cristianos interpretaron que la serpiente era una encarnación de Satanás.

Según está escrito en la Biblia, un personaje misterioso es expulsado del cielo por rebelarse contra Dios y la caracterización de Satanás como un ángel caído viene de esa tradición.

En el libro de las Revelaciones, se profetiza que Satanás será enviado al infierno. Sin embargo, la Biblia no le tiene un estatus especial y sufre las mismas torturas que los demás pecadores

En los primeros siglos del Cristianismo, no había necesidad de representar la maldad en el arte religioso. Los cristianos creían que los dioses paganos rivales, como el egipcio Bes o el griego Pan, eran demonios responsables de las guerras, las enfermedades y los desastres naturales.

Decenas de años más tarde, cuando el diablo llegó al arte occidental, algunas representaciones empezaron a  incorporar los atributos físicos de esos dioses, como el vello facial de Bes y las patas de cabra de Pan.

Con vello facial, pezuñas, cuernos y cola… y también asustado en un jardín pues la hierba hibericum supuestamente repele a los demonios.

Luego en la Edad Media surgió un retrato de Satanás más reconocible. Fue en la época de inmenso sufrimiento, que empeoró bastante con el brote de peste bubónica, la pandemia horrible que mató a millones en toda Europa.

Como la Iglesia no podía proteger a los creyentes de la enfermedad, las representaciones de Satanás entonces se centraron en los horrores del infierno, reflejando de esta manera el estado de ánimo del momento y recordándoles a los fieles que se abstuvieran de pecar.

Cuando la Iglesia se dividió durante la Reforma, los católicos y los protestantes se se acusaron mutuamente de estar bajo la influencia del diablo. La propaganda utilizó una imagen juguetona y grotesca para mostrar la corrupción.

A principios del período moderno, se empezó a acusar a personas de hacer pactos con el diablo y practicar brujería. Satanás  era representado como un seductor y se consideraba que las mujeres podían ser  vulnerables a sus encantos.

Las imágenes que aparecían, lo que hacían era mostrar mujeres en confabulaciones sexuales con el diablo,  y así aprovechar la tradición de condenar a las mujeres a ser el sexo débil,.

Si Satanás podía lograr corromper los cuerpos de las mujeres, era una amenaza para la seguridad, santidad e incluso hasta la fertilidad de la comunidad.

Mientras que los textos religiosos anteriores ya habían examinado la motivación de Satanás para condenarlo, el Lucifer de Milton, entonces es un personaje atractivo y solidario que encarna los sentimientos de rebeldía del republicanismo del siglo XVII.

Para varios artistas románticos y de la Ilustración, Satanás no era más que un rebelde noble que libraba una batalla contra la tiránica autoridad de Dios.

Cuando la ciencia pudo por fin explicar la muerte, la enfermedad y los desastres naturales, el diablo fue el más amenazado. 

Fue a partir de entonces cuando un diablo urbano y sofisticado entró a la escena. Luego de seguir una larga tradición de identificarlo con enemigos políticos y religiosos, el diablo se usó entonces para ilustrar a la oposición política en caricaturas y sátiras.

Además, Satanás ya encontró su lugar en el mundo comercial, luego de convertirse en sinónimo de indulgencia pecaminosa, por lo que aparece en propagandas para vender desde chocolates y champaña hasta autos de lujo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Comenta si te gustó lo que acabas de ver.