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sábado, 21 de mayo de 2016

¡ERR DIACHE! Conozcan las extrañas olas cuadradas de la isla de Ré.


Crédito: Google


Lo hemos dicho en ocasiones anteriores, a veces la Naturaleza se entretiene en jugar con formas y/o texturas, como si  quisiera atraer nuestra atención. Rocas erosionadas con formas raras, nubes que forman figuras, lagos con insólitos colores… Por ejemplo en Francia, hay un litoral donde, a veces, la superficie marina se articula geométricamente formando algo  parecido a un tablero de ajedrez. Como si fuera una cuadrícula de agua.

Bueno, la isla de Ré es un pedacito de tierra situado frente a la costa occidental francesa, en el mar Cantábrico, y está conectada al continente mediante un largo puente de unos tres kilómetros. La isla es pequeñita, de solo unos treinta kilómetros de longitud por cinco de ancho, con una superficie de 85 kilómetros cuadrados, y  llana, porque el punto más alto no supera los veinte metros.

La isla se destaca por tener un centro vacacional que en verano multiplica por diez su población habitual, llegando a alcanzar las ciento sesenta mil personas. La isla cuenta con muchas infraestructuras turísticas, desde hoteles a restaurantes, tiendas, un puerto, empresas de actividades de ocio y aventura

También está su negocio tradicional: la actividad salinera, que viene desde la época romana, cuando Ré estuvo compuesta por tres islotes y se utilizaban los canales que los separaban para recoger la sal.

Pero uno de los mayores atractivos de Ré se encuentra en el noroeste insular: el Faro de las Ballenas,  que fue bautizado así por la gran cantidad de cetáceos que anteriormente solían visitar la zona. El faro fue construído en 1854 y mide unos cincuenta y cinco metros de altura, se puede subir hasta arriba por una escalera helicoidal de unos doscientos escalones. No hay que pagar entrada, las vistas panorámicas son magníficas y desde allí, con suerte, puede ser posible apreciar uno de los fenómenos naturales más sorprendentes de la isla.

Se trata de las olas senoidales, que tienen amplitud constante y períodos de longitud y onda bien definidos. O sea, olas regulares que adoptan una forma cuadrangular,  como consecuencia del choque entre dos mares de fondo oblicuos entre sí. Los mares de fondo son originados a kilómetros de profundidad y, junto a otros factores  hacen que el oleaje recorra largas distancias, adoptando la superficie marina esta insólita formación en damero. Mucho ojo, el oleaje es espectacular pero muy peligroso.


Crédito: Google

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