Sígueme en twitter

sábado, 12 de noviembre de 2016

Si no te gusta la música, puede ser un problema de flujo de sangre.

Según las últimas investigaciones, existen tres tipos de personas en este mundo: los que les gusta la música, los amantes de la música y a los que no les importa. Donde caes en ese espectro pueden tener menos que ver con la lista de reproducción y mucho más que ver con el flujo de sangre en el cerebro.


Fuente: Internet

Para muchos, la música provoca una respuesta emocional. Puede hacerlos sentir feliz, triste, excitado o enojado dependiendo del tempo, el ritmo y la melodía entre otras cosas (como las letras). Pero para otros, no hay conexión entre la música en el aire y cómo se sienten.

El estudio, que fue publicado en las actas de la Academia Nacional de Ciencias, halló que las personas que no les gusta la música pueden tener menos flujo en los centros de recompensa de su cerebro que se correlacionan con el procesamiento auditivo de la sangre.

Para probar esta teoría, los investigadores reclutaron a 45 participantes y los dividieron en tres grupos iguales según sus sentimientos sobre la música. El equipo de investigación utiliza MRI proyección de imagen para ver lo que sucedía en el cerebro de los participantes cuando escucharon  la música y cuando lo hicieron otras actividades que podrían iluminar áreas del cerebro asociadas con recompensas, tales como juegos de azar.

Los participantes que afirmaron que no les gusta la música eran las mismas personas que habían reducido el flujo sanguíneo en las áreas de recompensa de su cerebro mientras escuchaban música. No era que los centros de recompensa estaban defectuosos; esas áreas se encendieron cuando los participantes apostaban y ganaron dinero.

Pero simplemente no tienen la misma reacción cuando escucharon  la música. Los investigadores también encontraron que los enemigos de la música tenían mala conectividad entre la corteza auditiva derecha y ventral striatum (en otras palabras entre su sistema auditivo y su sistema de recompensa). Por otro lado, los participantes que pretendían realmente que aman la música habían mejorado conectividad en esta zona.

Este estudio muestra que las personas que no les gusta la música tienen una desconexión entre la música que escuchan y la respuesta que provoca en el cerebro. ¿Pero lo que no está claro es qué vino primero: la aversión de la música o la desconexión en el cerebro? Pueden ser objeto de futuros estudios como los investigadores intentan embromar hacia fuera la relación entre música y emoción.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Comenta si te gustó lo que acabas de ver.