El Airlander 10, es una mezcla de dirigible, avión y helicopter lleno de helio. Esta aeronave mide 92 metros de largo, 18 metros más que los gigantes de la aviación comercial: el Boeing 747-8 y el Airbus A380.
Esta aeronave puede además aterrizar a control remoto casi en cualquier parte, incluso sobre el agua.
No necesita una pista de despegue o aterrizaje y puede ser operado por una tripulación de, ¡dos personas!
Sus constructors señalan que es 70% más verde que un típico avión de carga. Esta aeronave está basada en un diseño que originalmente fue comisionado por el ejército de EE.UU., este vehículo híbrido tiene el propósito de ser el primero de una nueva generación de silenciosas aeronaves, eficientes energéticamente y que no afecten el medio ambiente.
Sin querer quitarle al optimismo que sienten ahora mismo los ingenieros y el personal que ha trabajado en el Airlander, algunos expertos en aviación recuerdan lo que sucedió en 1937 y que ha pasado a la historia como el Desastre de Hindenburg. Cuando el dirigible alemán tipo zepelín quedó totalmente destruido al incendiarse cuando aterrizaba en Nueva Jersey, Estados Unidos. Murieron 35 personas.
“(…) ese desastre del Hindenburg acabó con la industria y el zeppelin pasó a convertirse en tabú”, señaló el historiador John Swinfield.
Sin embargo y vista de la necesidad para construir vehículos menos contaminantes, este año promete ver el resurgir de los dirigibles, al menos de uno, el Airlander.
Muy importante, a diferencia de su antecesor, el Airlander utiliza helio no inflamableno en vez de hidrógeno, un gas extremadamente volátil.
Esta aeronave puede además aterrizar a control remoto casi en cualquier parte, incluso sobre el agua.
No necesita una pista de despegue o aterrizaje y puede ser operado por una tripulación de, ¡dos personas!
Sus constructors señalan que es 70% más verde que un típico avión de carga. Esta aeronave está basada en un diseño que originalmente fue comisionado por el ejército de EE.UU., este vehículo híbrido tiene el propósito de ser el primero de una nueva generación de silenciosas aeronaves, eficientes energéticamente y que no afecten el medio ambiente.
Sin querer quitarle al optimismo que sienten ahora mismo los ingenieros y el personal que ha trabajado en el Airlander, algunos expertos en aviación recuerdan lo que sucedió en 1937 y que ha pasado a la historia como el Desastre de Hindenburg. Cuando el dirigible alemán tipo zepelín quedó totalmente destruido al incendiarse cuando aterrizaba en Nueva Jersey, Estados Unidos. Murieron 35 personas.
“(…) ese desastre del Hindenburg acabó con la industria y el zeppelin pasó a convertirse en tabú”, señaló el historiador John Swinfield.
Sin embargo y vista de la necesidad para construir vehículos menos contaminantes, este año promete ver el resurgir de los dirigibles, al menos de uno, el Airlander.
Muy importante, a diferencia de su antecesor, el Airlander utiliza helio no inflamableno en vez de hidrógeno, un gas extremadamente volátil.
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