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martes, 15 de noviembre de 2016

Una investigación sugiere que el cerebro utiliza el color para ayudarnos a elegir qué comer.

Según un estudio de la escuela internacional de estudios avanzados (SISSA) en Trieste y publicado recientemente en la revista Scientific Reports, la visión es el sentido principal que usan los seres humanos para guiarse en la elección de los alimentos. Los investigadores sugieren que para evaluar el consumo de calorías, los seres humanos dependen de un "código de color".


Fuente: Internet

"Según algunas teorías, nuestro sistema visual evolucionó para fácilmente identificar particularmente nutritivas bayas, frutas y vegetales del follaje de la selva," dice Raffaella Rumiati,  neurocientífica y Coordinadora del nuevo studio de SISSA.

El sistema de visión humano es tricromático: en la retina, hay tres clases de fotorreceptores (conos) ajustados preferencialmente a tres diferentes bandas del espectro visible. Esto implica que podemos ver un gran número de colores (más monocromáticos y dicromático animales, menos de los cuatro, incluso cinco tipos de fotorreceptores). "Estamos particularmente eficientes en distinguir el rojo del verde," dice Rumiati. Esta sofisticación atestigua al hecho de que somos "animales visuales." Otros animales, como perros, dependen de su sentido del olfato.

"Es principalmente el color de los alimentos que nos guían a nosotros y nuestros experimentos muestran cómo," explica Rumiati. "Hasta la fecha, sólo unos pocos estudios se han enfocado en el tema".

¿Qué buscamos los seres humanos en los alimentos? Nutrición, contenidos ricos en calorías y altos en proteínas. "En los alimentos naturales, el color es un buen predictor de calorías," explica Francesco Foroni, investigador de SISSA y primer autor del estudio.

"El rojo es un alimento sin procesar, más probable de ser nutritivo, mientras que los alimentos verdes tienden a ser bajos en calorías". Nuestro sistema visual está claramente adaptado a esta regularidad. "Los participantes en nuestros experimentos juzgaron alimentos cuyo color tiende hacia el rojo como el más alto en calorías, mientras que lo contrario era cierto para los verdes," continúa Giulio pérgola, investigador de la Universidad de Bari y uno de los autores del estudio. "Esto es también cierto para alimentos procesados o cocinados, donde el color pierde su efectividad como indicador de calorías".

En realidad, la literatura científica demuestra claramente que los alimentos cocinados son favorecidos sobre alimentos naturales y el fenómeno se ha observado incluso en otras especies además de seres humanos. "Los alimentos cocinados son siempre recomendados: porque, en comparación con los alimentos naturales, hay más nutrición para la misma cantidad", explica Rumiati. "Con los alimentos cocidos, sin embargo, el predominio del rojo sobre el verde ya no proporciona información confiable, que podría llevarnos a creer que el cerebro no se aplicaría a la regla a los alimentos procesados. Por el contrario, lo hace, que apunta a la presencia de antiguos mecanismos evolutivos desde antes de la introducción de la cocina."

Otro factor a favor de esta hipótesis es el hecho de que el código de color en los experimentos no está activo para los artículos que no sean alimentos: "no se observa la preferencia por el rojo sobre el verde con objetos no comestibles," dice Rumiati. " Esto significa que el código de color del sistema visual se activa correctamente sólo con estímulos de comida".


Tráfico de luz interior para comer más sano


Los hallazgos, además de aumentar el conocimiento del sistema visual, ofrecen interesantes posibilidades que podrían tener un impacto en la salud pública: La comercialización de alimentos, por ejemplo y el tratamiento de trastornos de la alimentación. "Mucho se está haciendo hoy para animar a comer más sano," observa Rumiati. "Por ejemplo, tratando de convencer a la gente a comer alimentos más bajos en calorías." Algunos países proponen la prohibición de ciertos tipos de productos, como bebidas gaseosas y alimentos ricos en grasas. En algunos casos, hay una renuncia en el envase, como con los cigarrillos. Tal vez el color de los alimentos podría ser utilizado para producir resultados significativos, aunque artificiales. "

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