Aunque usted lo vea como algo inofensivo, el hielo es muy duro incluso para nuestros dientes. Si eres de aquellos que les gusta masticarlo con frecuencia corres el riesgo de que tus dientes se empiecen a debilitar, astillen o fracturen; provocando daños el esmalte dental, dejándolos expuestos a las bacterias y caries y causando hipersensibilidad dental.
Fuente: Internet
La Asociación Dental Americana (ADA) recomienda que en vez de usted ponerse a triturar el hielo con los dientes, lo deje derretir en la boca como un caramelo. Y si lo que se quiere es comer algo crujiente y más sano, llgunos dentistas sugieren consumir zanahorias pequeñas o trozos de manzana.
También es una enfermedad
Pagofagia, se le da este nombre a la enfermedad producida por comer hielo o bebidas heladas, en la que el paciente no puede evitar masticarlo, y empieza a sufrir de ansiedad y malestar cuando no lo hace. La palabra deriva del griego pagos “hielo” y phag“comer”.
Las personas que compulsivamente ingieren hielo, también presentan otras sintomatologías como: gases, dolor de estómago e hinchazón. Incluso existen adictos que prefieren ciertos tipos de hielo y lugares específicos donde poder adquirirlos, presentan antojos durante todo el día y se ponen de mal humor si no lo consumen.
Esta fagia, un sufijo de origen griego relative a la comida o al comer, puede deberse a muchas causas: deficiencias mentales, alteraciones neurológicas, esquizofrenia hereditaria, por el placer producido al que lo come o por el síndrome de Pica; el cual es un trastorno de la conducta alimentaria en el que hay un deseo irresistible de comer o lamer sustancias no nutritivas e inusuales como tiza, tierra, yeso, virutas de la pintura, bicarbonato de soda, pegamento, moho, almidón, cenizas de cigarrillo, papel o cualquier otra cosa que no tenga ningún valor alimenticio.
Según la ADA, chupar o masticar hielo comúnmente está relacionado con la anemia ferropénica, que ocurre cuando el cuerpo no tiene la cantidad suficiente de hierro.
Este tipo de anemia ocurre ante la ausencia del hierro que se necesita para producir hemoglobina, la proteína de los glóbulos rojos encargada de transportar el oxígeno por todo el cuerpo.
Por lo general, la causa de la anemia ferropénica es bastante simple y las reservas de hierro pueden volver a su nivel normal a través de una dieta o tomando suplementos de hierro, sin embargo, también podría ser síntoma de algo más serio como una hemorragia intestinal, algo que nunca se debería descartar o ignorar.
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