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jueves, 8 de diciembre de 2016

Utilizarán drones para entrega en emergencias médicas. CHEQUEA

Usar drones para entregar mercancías es una de las posibilidades más tentadoras de la tecnología, y un transporte más eficiente de productos de la sangre en particular ya está cobrando considerable fuerza.
 
La sangre fue transportada en un drone DJI S900 (crédito: Medicina de Johns Hopkins)
 
Para descartar la posibilidad de que estas muestras se estropeen en el camino, los científicos han cargado a los drones con bolsas de sangre y supervisa su reposición antes y después del viaje, encontrando que el vuelo no tenga ningún efecto observable en la calidad de los bienes.

El nuevo estudio se basa realmente en un trabajo anterior llevado a cabo por investigadores de la Universidad Johns Hopkins. El año pasado, los científicos establecieron un montón de muestras de sangre en vuelo a bordo de un drone, mirando para ver si la aceleración al despegar y la vibración en aterrizajes ásperos puede dañar los productos. Pruebas de las muestras antes y después del vuelo produjeron prácticamente los mismos resultados, lo que sugiere que los drones ofrecen un método seguro para el transporte de las muestras.

Pero en ese estudio se centraron en la composición química, hematológica y microbiana de muestras más pequeñas, el mismo equipo se centra ahora en muestras más grandes, lo suficientemente grandes como para ser utilizado para transfusiones. Éstos requieren un manejo más complejo, almacenamiento y transporte, por lo que sólo un lote de prueba con vuelos reales  diría si los drones están listos para hacer la tarea.

A través de una serie de vuelos de prueba, el equipo carga un total de 18 unidades en una hielera de 5 cuartos y las habían fijado a la parte inferior de un drone S900 del DJI. Los aviones no tripulados llevan  las muestras de sangre, dos o tres a la vez, a través de distancias de 13 a 20 km (8 a 12,4 millas), tomando siempre como 26,5 minutos. Las temperaturas se mantuvieron estables mediante el uso de hielo húmedo, hielo seco y los paquetes termales.

 

Tras el vuelo, el equipo comprueba las muestras en el laboratorio para detectar signos de daños y les dio a ellos una cuenta de salud limpia. Sus próximos pasos incluyen estudios más grandes en los Estados Unidos y el extranjero y trabajar hacia métodos más avanzados de refrigeración, tales como un refrigerador para mantener una cierta temperatura de programación.

"Mi visión es que en el futuro, cuando un primer drone llegue a la escena de un accidente, él o ella pueden probar el tipo de sangre de la víctima en el lugar y avisar para que un drone  lleve el producto correcto de la sangre," dice Timothy Amukele, profesor asistente de patología del Johns Hopkins.

La investigación fue publicada en la revista transfusion.

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