Una tecnología prometedora que inyecta hidrógeno en existentes tuberías de gas podría ser la clave para estabilizar la generación de energía renovable.
Fuente: Internet
Uno de los mayores problemas con las energías renovables es la manera de oferta y la demanda que puede variar violentamente. Si el viento deja de soplar o no hay sol, la generación de energía renovable irá a fin aun cuando la gente todavía necesite esa electricidad. Por el contrario, si la demanda de electricidad es baja entonces toda la energía producida por solar o viento se desperdicia.
La solución ideal implicaría alguna forma de almacenar el exceso de la electricidad cuando no se necesita cuando la producción es baja, pero la mayoría de las soluciones son demasiado costosas o difíciles de implementar. Una solución prometedora es el almacenamiento de hidrógeno, y la Universidad de California, Irvine acaba de lanzar el primero de esos proyectos en los Estados Unidos, allanando el camino para otras universidades y municipios a hacer lo mismo.
El proyecto consiste en una técnica llamada electrólisis, que utiliza la energía eléctrica (en este caso, la electricidad generada por el exceso de viento o energía solar) para separar el agua en oxígeno e hidrógeno. El oxígeno puede ser liberado a la atmósfera o utilizado para otros fines, mientras que el hidrógeno se almacena.
El hidrógeno puede ser comprimido e inyectado a ductos de gas natural existentes, donde se quema para generar electricidad o calor. De esta manera, el hidrógeno actúa como un medio eficaz de almacenar el exceso de la electricidad generado por fuentes renovables.
Las ventajas de este sistema son que utiliza infraestructura ya existente, no nuevos gasoductos que necesiten instalarse. El proceso puede adaptarse fácilmente a las necesidades cambiantes.
La mayor desventaja de esta tecnología es que inyectar hidrógeno en tuberías de gas requiere años de evaluación y pruebas, que limita la utilidad. Un estudio cuidadoso se requiere para cada aplicación individual para asegurar que el hidrógeno se puede inyectar con seguridad.
Con cada proyecto exitoso de hidrógeno, nuestro conocimiento de esta tecnología aumenta y la aplicación se hace más fácil. El proyecto de la UCI permite que otras zonas del país comiencen a construir sus propios sistemas de hidrógeno pronto.
Las ventajas de este sistema son que utiliza infraestructura ya existente, no nuevos gasoductos que necesiten instalarse. El proceso puede adaptarse fácilmente a las necesidades cambiantes.
La mayor desventaja de esta tecnología es que inyectar hidrógeno en tuberías de gas requiere años de evaluación y pruebas, que limita la utilidad. Un estudio cuidadoso se requiere para cada aplicación individual para asegurar que el hidrógeno se puede inyectar con seguridad.
Con cada proyecto exitoso de hidrógeno, nuestro conocimiento de esta tecnología aumenta y la aplicación se hace más fácil. El proyecto de la UCI permite que otras zonas del país comiencen a construir sus propios sistemas de hidrógeno pronto.
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