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domingo, 1 de octubre de 2017

Nuevas turbinas japonesas cosechan energía de las olas y protegen las costas de la erosion.

¡Se acabó el surf! Investigadores del Instituto de ciencia y tecnología de Okinawa (Okinawa Institute of Science and Technology, OIST) en Japón están trabajando para crear turbinas especiales que cosechen la energía renovable de las olas mientras protegen simultáneamente las costas de la erosión. 


Las turbinas están diseñadas para ser ancladas al fondo del mar con cables de amarre cerca de tetrápodos (estructuras de hormigón en forma de estrella diseñadas para reducir la erosión) o barreras naturales como los arrecifes coralinos. 

Estas estructuras tienen un enorme potencial para amortiguar el impacto de poderosas olas en las costas y capturar la aparentemente interminable energía oceánica.

El emparejamiento de la turbina de olas con una estructura sólida y anclada podría aprovechar la infraestructura preexistente en Japón. "Sorprendentemente, el 30% de la orilla del mar en el Japón continental está cubierto con tetrápodos y rompe olas", dijo el profesor Tsumoru Shintake, el investigador principal del proyecto. 

"Usando apenas el 1% de la orilla del mar de Japón continental puede [generar] cerca de 10 gigawats [de energía], que es equivalente a 10 centrales nucleares." Eso es enorme. 

Cada turbina contará con palas giratorias unidas a un generador eléctrico de imán permanente, protegidas por una capa de cerámica para mantener el agua de mar. La energía capturada de las olas entonces sería enviada a través de un cable abajo de la estructura y de nuevo a la orilla para el uso de la red.

Las turbinas están diseñadas pensando en la seguridad. 

Para evitar dañar la vida silvestre, la velocidad de las cuchillas está calibrada para que cualquier animal atrapado en ellas no pueda dañarlas. De manera similar, las hojas son flexibles, como aletas de delfín, para evitar grietas bajo fuertes tormentas y oleajes. 

La estructura de soporte también es flexible. Cada turbina se estima que pueda durar diez años antes de necesitar ser substituida, pero sus creadores están pensando aún más en el futuro. 

"Me estoy imaginando el planeta 200 años más tarde", dijo Shintake. "Espero que estas [turbinas] estén trabajando duro en silencio, y bien, en cada playa en la que se hayan instalado."

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