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lunes, 13 de junio de 2016

¡IMPRESIONANTE! Este es el Monte Thor, la caída vertical más grande del mundo.

El Monte Thor es una montaña localizada en el Parque Nacional Auyuittuq(que en inuit significa la tierra que nunca se derrite) en la Isla de Baffin, Canadá, y forma parte de la Cordillera Ártica. Su altitud no es muy destacada, ya que se alza a unos  1.675 metros de altura. Pero posee una característica que la hace única en el mundo: es la montaña  con la mayor caída vertical de la Tierra.

Cima del Monte Thor
Crédito: Google

Esta caída vertical tiene una altura de 1.250 metros, y  su ángulo promedio es de 105 grados, o sea, 15 grados por encima de la vertical.

A pesar de su ubicación y la  dificultad de acceso, es un lugar popular entre los escaladores.


Caída vertical del Monte Thor


Los primeros de la historia en ascender el Monte Thor fueron Donald Morton y el físico Lyman Spitzer, en la expedición del Club Alpino de Canadá que estuvo dirigida por Pat Baird en 1965, luego de numerosos intentos anteriores. Les tomó 33 días.

El 23 de julio del 2006 un equipo norteamericano descendió por vez primera el Thor haciendo rápel.  En su intento anterior, en 2004, tuvieron que abandonar por las malas condiciones meteorológicas .

La primera escalada libre en solitario, sin cuerdas ni arneses, la hizo Jason Smith en 1998.

El salto en paracaídas y parapente está completamente prohibido, por la dificultad de acceso de los servicios de socorro y emergencias,  Canadá mantiene patrullas que vigilan regularmente la zona para interceptar a los infractores.

Lamentablemente la montaña también  ha cobrado vidas, como la del guardabosque del parque Philip Robinson, que se precipitó al vacío cuando intentaba el descenso.

Cima del Monte Asgard

En el mismo parque nacional está situada otra montaña singular, el Monte Asgard, llamado de esta forma por el reino de los dioses nórdicos y que tiene dos picos gemelos con la cima plana, lo que le da un aspecto llamativo. Asgard fue ascendido por vez primera  por una expedición científica suiza en 1953, dirigida también por Pat Baird. Pero es más conocida por ser la montaña desde la que James Bond se lanza en paracaídas al principio de la película La espía que me amó.

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