Crédito: Google
El concepto nace en los años sesenta y es el método usado para limpiar el interior de la estación espacial internacional de la NASA. Pero su aplicación se ha ido extendiendo a más industrias. La última han sido elementos de protección solar, como persianas, toldos y otros objetos de interiorismo. El objetivo es convertir las ciudades en pulmones capaces de disminuir los niveles de contaminación.
Según los fabricanres, un metro cuadrado de esta sustancia equivale a tener un árbol en casa, por lo que “una fachada de 1.000 metros cuadrados equivaldría a todo un bosque de 1.000 árboles purificando el ambiente”.
La empresa Persax, ya lanzó una línea de productos que están a la venta y que incorporan una sustancia química acuosa y transparente que convierte los toldos y las persianas en elementos purificadores.
Este líquido, que se pulveriza sobre el tejido, está compuesto por dióxido de titanio y aplicado a las superficies realiza una acción de fotocatalización, que es una reacción de oxidación similar a la fotosíntesis de las plantas, que cuando reciben luz solar transforman el dióxido de carbono en oxígeno. Luego que están oxidadas, las partículas se transforman en una especie de polvo que al ser pesado es arrastrado por la lluvia si es un elemento de exterior o cae al suelo si es en interior.
Aparte de descontaminante, es antibacteriano y autolimpiable.
Aparte de descontaminante, es antibacteriano y autolimpiable.
Cualquier superficie podría convertirse en fotocatalítica. En algunos países, consideran que sería bueno que la normativa de construcción obligara a los constructores a aplicar la sustancia en los edificios de viviendas, tal como se exigen paneles solares un muchos paises ya.
Cuanta más radiación solar, es mucho más eficaz y rápido. En interiores, para hacer el proceso más rápido, puede ser necesaria una lámpara de luz ultravioleta.
El producto se entrega testado y certificado, con una garantía de unos cinco años. De ocho a 10 años deja de ser efectivo.
El producto se entrega testado y certificado, con una garantía de unos cinco años. De ocho a 10 años deja de ser efectivo.
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