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viernes, 15 de julio de 2016

¡ASOMBROSO! Tiene 53 años construyendo una majestuosa catedral a mano.

Esta extraordinaria catedral hecha de materiales recuperados ha aumentado constantemente durante los últimos 50 años en una tranquila zona de Madrid. Justo Martínez (llamado Don Justo) ha estado trabajando en la empresa de gran envergadura casi sin ayuda de nadie desde que tuvo que salir de una orden de monjes debido a una enfermedad.



Después de recuperarse, dedicó su vida a construir una iglesia usando su propio dinero, en su propia tierra. La empresa de gran envergadura está construido casi en su totalidad a partir  materiales locales que él es capaz de salvar, y ahora superó a cabo a 131 pies de la catedral sólo necesita unos toques finales - como un techo, algunas ventanas y permisos. 



Mientras que el diseño de la catedral se basa libremente en la Catedral San  de Pedro , Don Justo no ha creado ningún dibujo formal o planes de ingeniería.





Su experiencia en la agricultura no le impidió en tomar un proyecto tan desafiante, que incorpora motivos donde se encuentran  castillos, iglesias, e incluso la Casa Blanca . La mayor parte de los ladrillos se salvaron de las fábricas de ladrillos cercana, y las paredes de la catedral son ciertamente poco ortodoxo.



Después de salir de la vida como agricultor para convertirse en un monje benedictino, Don Justo se vino abajo con la tuberculosis, que le obligó a salir del monasterio en un estado muy debilitado. Se prometió que si sobrevivía iba a erigir una iglesia dedicada a la Virgen del Pilar a la que oró durante ese tiempo turbulento.



Hasta el momento la catedral asciende a un asombroso 8.000 metros cuadrados. Las numerosas columnas de soporte de hormigón utilizan bidones de aceite viejos como formas.



El techo está adornado con un sinnúmero de toneladas de ladrillos y azulejos  recuperados localmente, y cubos de pintura brotan desde las torres. Materiales donados constituyen la mayor parte del resto de la construcción. Se pone un poco de ayuda con el trabajo de sus sobrinos y un asistente.



Mientras que el edificio no tiene planes permitidos, el Ayuntamiento de Madrid ha tolerado su existencia. Martínez está en el proceso de consulta con un arquitecto para solicitar formalmente un permiso de manera que cuando el edificio está cerca de su finalización puede ser utilizado como una casa de culto.



La ruda dedicación de Don Justo ha logrado inspirar a otros a través de este esfuerzo audaz y comprometido.










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