Los estadounidenses no pueden consumir toda la leche que se produce, por lo que gran parte de ella se pierde.
Si alguna vez te han dado ganas de llorar sobre la leche derramada, ahora es el momento. Los productores de leche en los Estados Unidos han descargado más de 43 millones de litros de leche entre enero y agosto de 2016. Esta leche ha sido derramada en los campos, lagunas de estiércol, y alimentos para animales, o por el desagüe en las plantas de procesamiento. Algo inconcebible con tantos países que les hace falta leche.
De acuerdo con el Wall Street Journal, esta cantidad de leche es suficiente para llenar 66 piscinas de tamaño olímpico y es lo que más se ha desperdiciado en los últimos 16 años.
El problema es que Estados Unidos se encuentra en medio de un exceso de productos lácteos masivo. Los agricultores respondieron a una escasez hace dos años que ahora está alcanzando a una nación incapaz de absorber la cantidad de productos lácteos que se producen.
Los precios son tan bajos - un 36 por ciento desde el 2014 - que "muchos ni siquiera pueden permitirse el transporte de la leche cruda en el mercado a precios corrientes." Hace dos años, los productores de leche de los Estados Unidos estaban exportando toneladas de leche, pero todo eso fracasó:
"La economía de China se ha desacelerado en los últimos tiempos, impulsando la demanda mundial de leche hacia abajo. Al mismo tiempo, la Unión Europea decidió suprimir los límites nacionales en la producción de leche, lo que aumenta en gran medida la oferta.
A continuación, Rusia impuso sanciones sobre el queso extranjero en represalia por las sanciones de Occidente. Mientras tanto, el dólar estadounidense más fuerte significa que los productores de leche estadounidenses tenían más dificultades para exportar sus productos.
Algo del exceso de leche puede ser donado, como hizo la Asociación de Productores de Leche de Michigan que dio 83.000 litros de leche adicional a un banco local de alimentos; pero el transporte sigue siendo un problema cuando no hay capacidad disponible en los tanqueros.
Incluso los productores de leche orgánicos están atrayendo a los compradores con precios con grandes descuentos, a veces vendiendole a los proveedores convencionales con grandes pérdidas.
El Wall Street Journal informa que la Administración de Alimentos y Drogas se ha comprometido a comprar $20 millones de dólares en queso cheddar, con el fin de ayudar a enfermos productores de leche (el segundo ejemplo de compra en tres meses), a pesar de que ya tiene 1,2 millones de libras de queso en frío almacenado, a la espera de un mercado más maduro. Como Vox señala:
"Si Estados Unidos quiere comer patrióticamente a través de este excedente, cada hombre, mujer y niño tendrían que tomar un extra de 3 libras de queso cheddar, queso feta, o provolone y empezar a roer. (Eso es por encima de las 36 libras de queso por año que el estadounidense promedio ya come.) "
Una empresa de marketing llamada Dairy Management, Inc. está trabajando para llegar a los productos alimenticios lácteos-pesados para las cadenas de restaurantes como McDonalds, Taco Bell, y Domino's Pizza; por lo tanto, la sustitución de la margarina líquida con mantequilla de verdad en los productos horneados de McDonald, debería utilizar un adicional de 600 millones de libras de leche al año. Pero eso no es una solución sostenible al problema.
Es una situación desgarradora para todos los involucrados, especialmente teniendo en cuenta lo ambientalmente gravada que la producción de leche está, para empezar. Al igual que la carne, la producción láctea utiliza recursos como la alimentación y el combustible que no son necesarios en la misma escala para las frutas y verduras. Perder leche, por lo tanto, tiene un mayor impacto sobre el medio ambiente que perder un producto a base de no-animal.
Es difícil, también, decir a donde el futuro va a conducir, ya que muchos consumidores parecen alejarse de leches a base de lácteos en general. Esto significará un desastre seguro para los productores lecheros de todo el mundo, pero tal vez le dará un respiro a un planeta que está siendo recalentado y contaminado por las industrias intensivas de animales como esta misma.
Si alguna vez te han dado ganas de llorar sobre la leche derramada, ahora es el momento. Los productores de leche en los Estados Unidos han descargado más de 43 millones de litros de leche entre enero y agosto de 2016. Esta leche ha sido derramada en los campos, lagunas de estiércol, y alimentos para animales, o por el desagüe en las plantas de procesamiento. Algo inconcebible con tantos países que les hace falta leche.
De acuerdo con el Wall Street Journal, esta cantidad de leche es suficiente para llenar 66 piscinas de tamaño olímpico y es lo que más se ha desperdiciado en los últimos 16 años.
El problema es que Estados Unidos se encuentra en medio de un exceso de productos lácteos masivo. Los agricultores respondieron a una escasez hace dos años que ahora está alcanzando a una nación incapaz de absorber la cantidad de productos lácteos que se producen.
Los precios son tan bajos - un 36 por ciento desde el 2014 - que "muchos ni siquiera pueden permitirse el transporte de la leche cruda en el mercado a precios corrientes." Hace dos años, los productores de leche de los Estados Unidos estaban exportando toneladas de leche, pero todo eso fracasó:
"La economía de China se ha desacelerado en los últimos tiempos, impulsando la demanda mundial de leche hacia abajo. Al mismo tiempo, la Unión Europea decidió suprimir los límites nacionales en la producción de leche, lo que aumenta en gran medida la oferta.
A continuación, Rusia impuso sanciones sobre el queso extranjero en represalia por las sanciones de Occidente. Mientras tanto, el dólar estadounidense más fuerte significa que los productores de leche estadounidenses tenían más dificultades para exportar sus productos.
Algo del exceso de leche puede ser donado, como hizo la Asociación de Productores de Leche de Michigan que dio 83.000 litros de leche adicional a un banco local de alimentos; pero el transporte sigue siendo un problema cuando no hay capacidad disponible en los tanqueros.
Incluso los productores de leche orgánicos están atrayendo a los compradores con precios con grandes descuentos, a veces vendiendole a los proveedores convencionales con grandes pérdidas.
El Wall Street Journal informa que la Administración de Alimentos y Drogas se ha comprometido a comprar $20 millones de dólares en queso cheddar, con el fin de ayudar a enfermos productores de leche (el segundo ejemplo de compra en tres meses), a pesar de que ya tiene 1,2 millones de libras de queso en frío almacenado, a la espera de un mercado más maduro. Como Vox señala:
"Si Estados Unidos quiere comer patrióticamente a través de este excedente, cada hombre, mujer y niño tendrían que tomar un extra de 3 libras de queso cheddar, queso feta, o provolone y empezar a roer. (Eso es por encima de las 36 libras de queso por año que el estadounidense promedio ya come.) "
Una empresa de marketing llamada Dairy Management, Inc. está trabajando para llegar a los productos alimenticios lácteos-pesados para las cadenas de restaurantes como McDonalds, Taco Bell, y Domino's Pizza; por lo tanto, la sustitución de la margarina líquida con mantequilla de verdad en los productos horneados de McDonald, debería utilizar un adicional de 600 millones de libras de leche al año. Pero eso no es una solución sostenible al problema.
Es una situación desgarradora para todos los involucrados, especialmente teniendo en cuenta lo ambientalmente gravada que la producción de leche está, para empezar. Al igual que la carne, la producción láctea utiliza recursos como la alimentación y el combustible que no son necesarios en la misma escala para las frutas y verduras. Perder leche, por lo tanto, tiene un mayor impacto sobre el medio ambiente que perder un producto a base de no-animal.
Es difícil, también, decir a donde el futuro va a conducir, ya que muchos consumidores parecen alejarse de leches a base de lácteos en general. Esto significará un desastre seguro para los productores lecheros de todo el mundo, pero tal vez le dará un respiro a un planeta que está siendo recalentado y contaminado por las industrias intensivas de animales como esta misma.
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