La firma italiana de arquitectura NOA completó recientemente una increíble piscina con fondo de cristal que no es para los débiles de corazón.
Sobresale en el cielo, esta piscina elevada es la más emocionante del Hotel Hubertus, un renovado centro turístico al pie de la famosa estación de esquí y zona de senderismo de Kronplatz en la región de Tirol del sur de Italia.
El voladizo de la piscina de 25 metros de largo con fondo de cristal ofrece unas impresionantes vistas en todas direcciones, incluyendo debajo — y simboliza el puente entre la antigua construcción y la remodelación reciente.
La piscina espectacular voladiza es una de las muchas adiciones en la renovación de NOA del Hotel Hubertus, completado en mayo del 2016. La nueva ala del alojamiento, que incluye 16 nuevas suites e instalaciones, visualmente está conectada con el ala antigua de alojamiento junto a la piscina, que se encuentra entre los dos.
La piscina del cielo parece flotar en ingravidez en el paisaje, rondando los 12 metros sobre la tierra y pasa con éxito en ese sentimiento que desafía la gravedad para nadadores gracias a un frente de cristal, una ventana de cristal en la parte inferior de la piscina y no hay barreras de vista obstruyendo.
La piscina tiene una anchura de 5 metros, una longitud de 25 metros y una profundidad de 1,3 metros. Con una longitud de 17 metros, la piscina sobresale de la parte delantera del hotel con vistas espectaculares vistas de los Dolomitas. Troncos de los árboles de alerce nativo despojados de la corteza sirven de apoyo a la piscina.
"La nueva piscina, que imponentemente descansa en el intermedio las dos alas de alojamiento, parece una roca flotante, como venida a descansar en el sitio, con vistas al valle," escriben los arquitectos.
"Las aristas ocultas de la piscina, en piedra de color antracita, suprimen la diferencia entre piscina y paisaje, creando la impresión del agua que fluye en nada, desapareciendo entre la piscina y el paisaje. La piscina recuerda metafóricamente de un lago de montaña, ubicado en la impresionante orografía de UNESCO como patrimonio de la humanidad, los Dolomitas..."
Para crear un aspecto uniforme entre el edificio existente y la nueva construcción, los arquitectos han añadido troncos de alerce nativo a la fachada.
Los troncos descortezados fueron instalados en un patrón rítmico, alternante y doble como pantallas de sol, separadores y protectores de lluvia. Nuevas barandillas de metal perforados, recubiertas de polvo han sustituido los viejos de madera y mejoran las formas curvas de las alas en forma de seguir la topografía existente.
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