¡PELIGRO! La mayor parte de la sal marina contiene microplásticos.

Las muestras de sal de 8 países diferentes mostraron la presencia de contaminantes plásticos de la contaminación oceánica.

Oh, somos una especie especial. No sólo nos imaginamos cómo hacer algo tan ridículamente duradero como como el plástico, sinó que luego decidimos usarlo para cosas que no requieren durabilidad, cosas de un solo uso como las bolsas de compras y el grano en los exfoliantes. ¿y mejor aún? Una vez que el uso corto de plástico para nuestras necesidades es completo, nos permitimos dejar 13.000.000 toneladas métricas de estas cosas en los océanos cada año. De acuerdo con un estudio de 2014, hay más de 5 billones de piezas de plástico en el mar, 92 por ciento de las cuales son microplásticos de menos de cinco milímetros (0,2 pulgadas) de tamaño.

De vuelta al 2015, un estudio en busca de sal en China encontró plástico en la sal adquirida en los supermercados. Se consideró posible que esto se pudiera encontrar en otro lugar también. Y efectivamente, tal parece ser el caso como se ha revelado en nuevas investigaciones publicadas en  Scientific Reports.

El toxicólogo acuático Ali Karami y su equipo de la Universiti Putra Malasia analizaron la sal marina extraída de ocho países diferentes: Australia, Francia, Irán, Japón, Malasia, Nueva Zelandia, Portugal y Sudáfrica.

En su laboratorio retiraron sospechas de partículas microplásticas mayores de 0,149 mm (0,0059 pulgadas) de 17 diferentes marcas de sal. Los microplásticos fueron encontrados en todos excepto la sal francesa; de las 72 partículas extraídas que encontraron, 41,6 por ciento eran polímeros plásticos, 23,6 por ciento eran pigmentos (del plástico), 5,50 por ciento eran carbón amorfo, y 29,1 por ciento permanecía no identificada. Las partículas no identificadas probablemente no pudieron ser determinadas debido a la degradación de la foto, la intemperie y/o el aditivo.

Un experto en la circulación global del océano y la contaminación del plástico, Erik Van Sebille de la Universidad de Utrecht en los países bajos, le dice a la revista Hakai que los hallazgos son y no son sorprendentes al mismo tiempo. "En los últimos años, siempre que los científicos han salido a buscar plástico en el océano, casi siempre lo han encontrado." Ya sea en el remoto suelo oceánico, en el hielo en el Ártico, en los estómagos de aves marinas y peces, o ahora en la sal marina.

"El plástico en el océano es una atrocidad", añade, "un testamento a los hábitos sucios de la humanidad, pero no sabemos exactamente qué daño le hace a la vida marina o a nosotros".

Tomando nota de que la sal marina no es el único vehículo al que se enganchan los microplásticos para entrar en nuestra dieta, Karami dice que pequeñas dosis de múltiples fuentes podrían sumarse.

"Si sospechamos que estos microplásticos son tóxicos, si sospechamos que podrían plantear algunos problemas de salud, tenemos que preocuparnos por ellos, hasta que estemos seguros de que están a salvo", dice.