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viernes, 5 de enero de 2018

La compañía holandesa TenneT planea construir una isla eólica masiva.

TenneT, la principal compañía de servicios eléctricos holandeses, planea construir una "isla de eólica" en el mar del norte. 


Esta isla serviría como un centro operacional para una red de parques eólicos marinos cercanos con una instalación mucho más grande que cualquier centro existente. 

El plan, ya en sus etapas avanzadas, propone el Banco de Dogger, 125km (78 millas) de la costa del este de Yorkshire de Inglaterra, como localización potencial para la isla eólica. 

Una vez construida, el centro transmitiría electricidad sobre un cable submarino de larga distancia al Reino Unido y los países bajos, con eventuales conexiones posibles a Bélgica, Dinamarca y Alemania.

A medida que se reclaman puntos más deseables más cerca de la costa, la industria de la energía eólica madura está haciendo algunos movimientos audaces para continuar su crecimiento. 

"Es crucial que la industria continúe con el camino de reducción de costos", dijo a The Guardian Rob van der Hage, Gerente del programa de desarrollo de la red eólica marina de TenneT. 

"Es lógico que estemos mirando áreas más allá de la costa". Aunque el plan de la isla eólica es ambicioso, los detalles específicos de la ejecución de este tipo de instalaciones están todavía en desarrollo y su rentabilidad queda por verse. 


"A medida que la industria madura, es de esperar que empiecen a pensar de manera innovadora", dijo el analista de energía Peter Atherton a The Guardian. 

"Si la economía funciona, si realmente puedes vender el viento del mar del norte hacia fuera del continente, es cuestionable."

La isla eólica actuaría como un centro de parques eólicos cercanos, que enviarían electricidad generada a la isla a lo largo de cables de corta distancia y bajo costo.

Una vez almacenada, la electricidad será convertida de corriente alterna a corriente continua, que es más eficiente al enviar energía eléctrica a través de largas distancias, para su viaje de regreso al continente. 
Esto permite una mayor flexibilidad en el mercado eólico y asegura que un porcentaje mucho mayor de la energía eólica se distribuya a donde se necesita.

Los holandeses no están intimidados por el desafío de construir su propia isla eólica. "¿Es difícil?", preguntó retóricamente Van der Hage. 
"En los países bajos, cuando vemos un trozo de agua queremos construir islas o tierras. Hemos estado haciendo eso durante siglos. Ese no es el reto más grande.

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